En la vida hay situaciones o momentos que quedan grabados en la memoria, ya sea para bien o para mal. Y son esos recuerdos los que muchas veces determinan el curso de acción de nuestra vida por el significado que en su momento tuvieron para nosotros.
Hace algunos años, cuando tuve la oportunidad de empezar mis estudios de maestría en finanzas, recibí un curso que era de muy poca duración y en realidad no tenía nada que ver con los números, ni valuaciones financieras de ninguna naturaleza. Era un curso de tipo motivacional, que planteó en mi muchos cuestionamientos sobre creencias que había cultivado en mi vida, y de cuyo aprendizaje quiero compartirles.
Está claro que cuando hablamos de éxito, se nos viene a la mente un sin fin de cosas, y cada quien tiene su teoría sobre la receta de como alcanzarlo. Se nos ha enseñado de chiquitos que ser muy inteligente te da ventaja para triunfar en la vida, que si tienes una linda apariencia, que tu estilo, buena salud, en fin.
Resulta que un día de clase, de esos a la noche en los que llegas justito de tiempo, recorres corriendo el parqueo hasta que llegas a la entrada al edificio y por fin entras en la clase, la profesora inicia mostrando un video que luego de verlo me generó muchas inquietudes. Tal fue la curiosidad de las cosas que decía, que al volver a casa luego de clases me dirigí al computador e inmediatamente abrí el navegador y busqué el video. Ahí estaba, y con la ansiedad de quien descubre algo nuevo, reproduje ese video del cual les quiero compartir mis reflexiones.
La autora del mismo es una reconocida psicóloga e investigadora (Angela Duckworth) que trabajó muchos años investigando sobre la clave del éxito, y muchas de sus interrogantes surgieron dando clases en una escuela en un suburbio de Nueva York.
Donde observaba que sus estudiantes más inteligentes no sacaban tan buenas notas, y otros no tan brillantes destacaban, y se empezó a preguntar ¿por qué? Y vió que no era el IQ, ni era la buena apariencia, ni su estatus socioeconómico, ni la inteligencia emocional, lo que realmente determinaba el éxito en estos niños.
Luego de unos años, ingresó a un programa de la universidad a completar sus estudios y más adelante se dedico a investigar. Después de unos años estudiando diversos escenarios intentando predecir qué personas luego de un tiempo completarían determinado programa exigente o continuarían con un trabajo muy demandante, llegó a la conclusión que había una característica que sobresalía y que podía considerarse como predictor del éxito, y no se trataba del IQ, ni la inteligencia emocional, ni la buena apariencia, sino de la determinación.
La determinación, que define como pasión y perseverancia, aquella que nos permite plantearnos un objetivo, no para el corto plazo, sino a largo plazo. Es esa fuerza que nos motiva a seguir adelante por años, aún cuando parece que las cosas pasan por momentos difíciles, seguir adelante, dia y noche.
Es ese nivel de compromiso con tus ideales, con aquello en lo que crees. Lo interesante de esto, es que aunque son cosas que nos hacen sentido y quizá habíamos escuchado de esto hace largo rato, es la comprobación mediante investigaciones sobre este factor lo que llama la atención.
En la misma charla hablaba de lo poco que en ese momento se sabía del potencial de la determinación en las personas, y más importante aún, como fomentarla, especialmente en los más pequeños.
Me llamó la atención la referencia que hacía en ese aspecto a otra investigadora, que es muy conocida por su trabajo en lo que se denomina mindset psicológico, hablamos de la Dra. Carol Dweek. Sus estudios hablan acerca de como los modelos educativos influyen en nuestra autopercepción, y como algo que parece tan trivial como las calificaciones, puede condenar a una persona a una vida en mediocridad.
Piensalo así, si a un niño lo pones a estudiar y al final del periodo es evaluado, y le va mal. Pongamos sacó un 50 y perdió. Es una frustración para el niño por no aprobar, y para los padres, el no saber por qué. Si ese escenario de reprobación o malas notas se hace repetitivo, ¿cual crees que sería la autopercepción del niño respecto a si mismo?
Lo que plantea la dra. Dweck y que me pareció facinante, es que si en lugar de ponerle un número al final de curso, calificases al niño como “competencia adquirida”, o “en proceso de”, el mensaje que recibe el niño es totalmente distinto. Es decir, le estás diciendo, aun no tienes la competencia en esta materia, pero tranquilo, estás en camino a adquirirla. Se ha hecho mucha investigación y ensayos al respecto, con resultados muy interesantes.
En Guatemala, hay algunos colegios que han empezado a implementar, especialmente en pre-primaria y algunos en primaria, un modelo de evaluación basado en colores o similar, buscando evitar rotular al niño con un número, con muy buenos resultados.
En ese sentido, se plantea que la mentalidad de las personas se puede dividir en dos tipos: mentalidad fija, cuyo conjunto de creencias le hacen pensar que tiene una determinada capacidad innata para resolver los problemas o para alcanzar logros, así también posee una gran aversión al fracaso consecuencia de lo mismo. Y mentalidad de crecimiento, quienes creen que es posible alcanzar las metas en base a mucho esfuerzo, dedicación, aprendizaje, etc. y que toman el fracaso como una oportunidad de aprendizaje.
Y esto aplica a todo ambito en la vida, incluyendo el deporte. Tu te preguntarás cual es la clave para alcanzar aquellas metas que te trazaste, pues muy sencillo, hazte la pregunta ¿Que tan perseverante soy? ¿Cuanta pasión le estoy poniendo a lo que estoy haciendo? ¿Hasta dónde soy capaz de llegar para cumplir con este objetivo?
En el ambito del ajedrez, esas metas podrían relacionarse con subir el nivel de juego, o quiza alcanzar el triunfo en el torneo nacional, o la tan anhelada norma. Es normal que muchas veces diversas situaciones fuera de nuestro control nos hagan pensar que no es posible alcanzar determinadas metas, pero el día de hoy quiero invitarte a reflexionar, y que veas que no son las circunstancias las que deben determinar el curso de tus logros, sino tu determinación que, a pesar de las circunstancias, lograrás las metas que te has propuesto.
Si deseas puedes activar los subtitulos en español en el video
