El camino que nos ha llevado hasta acá en la asociación ha sido muy arduo, con retos desde el primer día, pero sobre todas las cosas con muchas enseñanzas que nos deja este bello deporte, especialmente al trabajar con los jóvenes y los más chicos.
En ese sentido y sin quererlo terminamos empapandonos de la realidad nacional del ajedrez, que no escapa a la realidad que vive nuestro país.
Luego de algunos años como dirigente deportivo, he podido observar la compleja realidad que vive nuestra comunidad ajedrecistica, y como el entorno también condiciona mucho el desarrollo de nuestros atletas. Muchas veces las condiciones precarias, la apatía o la falta de oportunidades hace que el desarrollo de este deporte pase a segundo plano para muchos. Si a esto sumamos el impacto que tuvo en muchos jugadores activos la pandemia, que los alejo de los tableros, nos encontramos con una baja de jugadores activos significativa.
A todo esto nos empezamos a preguntar, ¿qué podemos hacer con los recursos que tenemos a la mano?, y ¿como podemos aportar nuestro granito de arena en el ajedrez?, para devolver a Guatemala al sitial de honor que una vez tuvo desde los tiempos del gran Guillermo Vassaux, la referencia ineludible del ajedrez nacional.
Este camino inició hace cuatro años, cuando con un grupo de entrenadores decidimos que la pandemia no nos iba a vencer, y que lucharíamos por mantener de pie el ajedrez, algo que hizo que nuestro deporte fuera el único que se practicó durante toda la pandemia. Implementamos de inmediato las clases y torneos virtuales y nos las arreglamos para organizar eventos virtuales de ajedrez que nos dio a conocer incluso fuera de nuestras fronteras.
Con la llegada de la nueva normalidad, empezamos poco a poco a abrirnos a torneos presenciales y empezamos a luchar por que nos permitieran realizar torneos de categoría internacional (IRT), con un propósito muy claro: Elevar el número de jugadores con elo Fide y con ello incentivar a aquellos jóvenes talentos y jugadores experimentados a actualizar su rating elo, con vias a buscar una posible norma, y para prepararse mejor para los eventos internacionales.
Esto coincidió con obtención por parte de FENAG de 30 tableros digitales DGT adicionales (ya tenían 12), que nos permitió convertirnos en el país de Centroamérica con más tableros electrónicos y con ello poder emitir en tiempo real las partidas de ajedrez de los torneos oficiales.
Adicionalmente la renovación del salon de juegos, ha sido una circunstancia que ha mejorado significativamente la experiencia de juego de los atletas que nos honran con su presencia en cada evento deportivo.
De esta forma durante el 2023, con el apoyo de FENAG, por primera vez se logró realizar seis torneos IRT durante el año, con resultados muy positivos, dada la estratégia de conformación de los atletas que permitió que nuevos jugadores pudieran obtener su rating elo Fide en poco tiempo.
Durante este tiempo se empezó a esbozar lo que sería el nuevo reglamento de selecciones nacionales, esto aprovechando la coincidencia de visiones de los dirigentes deportivos, con un único propósito: Elevar el nivel del ajedrez nacional, iniciando por el proceso de preselecciones y selecciones nacionales.
Es así, como dimos en la tarea de trabajar de la mano de FENAG, para elaborar un plan que devolviera al ajedrez nacional su brillantez competitiva, apoyandose en experiencias de otros países de la región, que tienen procesos de selecciones nacionales muy exitosos, como Mexico y Costa Rica y que comparten mucho de la realidad que vive el país.
La estratégia consiste en aumentar el número de integrantes a la preselección nacional a 8 jugadores (incluyendo al mejor juvenil), y desarrollando un proceso de selección nacional que permita que los preseleccionados se ganen su puesto de forma justa para poder ser convocados a un evento deportivo representando al país. Esto se logra comparando el desempeño de cada atleta preseleccionado en un número de torneos pre establecidos, el rating internacional, entre otros factores, lo cual permite eliminar la discrecionalidad en la elección y a su vez estimula la competencia entre los seleccionados por alcanzar un cupo.
Por supuesto que los nuevos integrantes de la selección nacional deben ser jugadores activos, por lo cual se requiere que tengan un número de torneos jugados recientemente, para poder evaluar su desempeño y con ello establecer su admisión en la preselección nacional.
Para apoyar a los jugadores del interior del país que integran la delegación de las asociaciones participantes, la Federación Nacional de Ajedrez promueve el uso de albergue reservado para la ocasión. Así mismo cuenta con un programa de retención de talentos, que promueve a las jovenes promesas a nivel nacional para convertirlos en atletas de alto rendimiento que un día puedan representar al país.
Aun queda mucho camino por delante, pero ya tenemos una ruta marcada, un punto de partida para este nuevo desafío, hacer crecer el Ajedrez Nacional.
Si te preguntas como puedes apoyar este esfuerzo, informate con tu asociación deportiva sobre los eventos que estarán realizando durante el año y participa.
